Para comenzar, es importante aclarar el concepto de Mindfulness y su relación con las prácticas de concentración y atención plena que conocemos con el nombre genérico de Meditación.
Por eso, comenzaremos planteando la pregunta: ¿Qué es Mindfulness?
La palabra "Mindfulness" ha sido traducida al español como Atención Plena o Consciencia Plena. Nosotros usaremos el término de Atención Plena para referirnos a ella. Durante los últimos 30 años, la práctica de Mindfulness o Atención Plena ha venido integrándose a la Medicina y Psicología de Occidente. Se han hecho diferentes estudios científicos, que han demostrado su efectividad en tratamientos para reducir el estrés, aumentar la autoconsciencia, reducir los síntomas físicos y psicológicos asociados al estrés y mejorar el bienestar general.
A pesar de que la integración de la práctica de Mindfulness a la Medicina y Psicología de Occidente sea un fenómeno reciente, en su origen se trata de una práctica muy antigua que surgió en Oriente hace más de 2500 años, y que se enraíza en la esencia fundamental de las prácticas Budistas.
Mindfulness o Atención Plena significa prestar atención de manera consciente a la experiencia del momento presente con interés, curiosidad y aceptación. Jon Kabat-Zinn, conocido como referente mundial por haber introducido esta práctica dentro del modelo médico de occidente hace más de 30 años, fundó la Clínica de Reducción de Estrés en el Centro Médico de la Universidad de Massachusetts. Allí introdujo a los pacientes a la práctica de Mindfulness para el tratamiento de problemas físicos, psicológicos, dolor crónico, y otros síntomas asociados al estrés.
Jon Kabat-Zinn define Mindfulness como: “Prestar atención de manera intencional al momento presente, sin juzgar”.
Este tipo de atención nos permite aprender a relacionarnos de forma directa con aquello que está ocurriendo en nuestra vida, aquí y ahora, en el momento presente. De esta forma, nos permite tomar consciencia de nuestra realidad, dándonos la oportunidad de trabajar conscientemente con nuestro estrés, dolor, enfermedad, pérdida o con los desafíos de nuestra vida. En contraposición a una vida en la que no ponemos atención al presente, en la que el foco de nuestra preocupación se desplaza hacia lo que ya ocurrió, el pasado, o hacia aquello que aun no ha ocurrido, el futuro. Estos desplazamientos del foco de nuestra atención nos conducen al descuido, el olvido, la confusión de las prioridades y al aislamiento o disfunción de las relaciones sociales. Adicionalmente, nos condicionan a reaccionar de manera automática y desadaptativa frente a los requerimientos y los desafíos de la vida cotidiana.
La Atención Plena nos ayuda a recuperar nuestro equilibrio interno, sintetizando y enfocando de forma integral los distintos planos que constituyen la persona; cuerpo, mente y espíritu. Mediante la práctica de la Atención Plena desarrollamos una mayor capacidad de discernimiento y de compasión. Como resultados de esta práctica, experimentamos la apertura hacia nuevas posibilidades, la recuperación del contacto directo con el aquí y el ahora, y por extensión la posibilidad de vivir la vida de manera plena y en el presente.
En el aspecto práctico, el objetivo de un curso de Mindfulness es desarrollar las siguientes habilidades:
Responder frente a las demandas del entorno en vez de reaccionar de forma descontrolada y/o exagerada repitiendo patrones de respuesta negativos.
Mejorar la forma en que gestionas tus emociones en tu vida cotidiana y ante situaciones complejas.
Observar los hábitos negativos de la mente como generadores del estrés y el sufrimiento y cambiar tu relación y reacción frente a ellos.
Ser capaz de parar, detenerte, observar y dar una respuesta adecuada frente a los estímulos que te llegan de tu entorno.
Desarrollar técnicas de respiración capaces de reducir notablemente los síntomas del estrés que tan dañinos son para tu salud física y emocional.
Ser conscientes de la interacción entre la mente y el cuerpo y su influencia en los procesos de la salud y el bienestar. Liberando tensiones crónicas que son manifestación de la forma en que nos relacionamos con nuestra experiencia de vida.
Recuperar la consciencia plena, Ser, estar presentes y atentos en el aquí y ahora.
Reconocer y modificar hábitos poco saludables de tu vida cotidiana, estableciendo pautas de autocuidado corporal y en nuestras relaciones con nosotros mismos y con nuestro entorno familiar, laboral y social.
Para conseguir estos objetivos hay que aprender y poner en práctica un conjunto de técnicas, que se estructuran en torno a los siguientes grupos de prácticas:
Mindfulness o atención plena: Una práctica de meditación que transforma nuestra relación con la actividad de la mente. Habitualmente nuestra atención se centra en preocupaciones, recuerdos, diálogos que hacen que la experiencia de vivir sea conflictiva y poco constructiva. En el proceso de la meditación se aprende a dirigir la atención de forma voluntaria, de esa manera se adquiere la total libertad de elegir en qué se centra la mente, por lo tanto nuestra experiencia vital se transforma.
Trabajo Corporal: Un conjunto de posturas y ejercicios respiratorios seleccionados para desarrollar la autoescucha hacia tu cuerpo y así aliviar las tensiones acumuladas que se reflejan en la rigidez del cuerpo y en nuestra forma de experimentar la vida. El objetivo de este trabajo corporal es recuperar una relación sana con nuestro cuerpo.
Sabiendo así que es lo mas adecuado para nosotros en cada momento: crear un espacio donde antes había colapso, tensión, contracción, permitiendo además de eliminar tensiones, recuperar el natural estado de bienestar psicofísico. Si quieres ver más sobre el trabajo corporal complementario al trabajo de atención plena, consulta la página de Yoga Físico en este enlace.
Propuestas de integración: Un conjunto de prácticas que tienen el objeto de integrar los estados aprendidos en las sesiones en cada situación o circunstancia de la vida cotidiana. Desde este enfoque, el Mindfulness se convierte en una herramienta útil para transformar tu vida. Se proponen ejemplos de cómo integrar y sacar provecho del programa cuando nos enfrentamos a un reto personal, en las relaciones interpersonales, en el trabajo, ante exámenes o situaciones que nos ponen a prueba, en el entorno de nuestra vida cotidiana, caracterizado por la incertidumbre y el cambio, por oposición a los ambientes en los que se practica la atención plena.
La aplicación de los objetivos cada practicante se articula en diferentes niveles: En el nivel inferior, intenta reducir el estrés, la ansiedad y todos los trastornos que derivan de estos estados resultantes de las demandas de nuestra vida cotidiana. En un nivel intermedio, apunta a mejorar la capacidad de interacción social y con el entorno. Finalmente, en el nivel de síntesis, conseguimos llevar la sensación de bienestar y el control consciente sobre tu vida a las decisiones que tomas día a día, es decir, emplear la técnica como herramienta de evolución en todos los planos de tu ser. Si bien cada individuo está en una etapa diferente de su evolución, la práctica de estas técnicas opera en los diferentes niveles de forma simultánea y complementaria, ya que por su naturaleza las propias prácticas se adaptan al nivel de cada practicante.